El acoso es una invasión del espacio vital de una persona, de tal forma que ésta se siente vigilada o perseguida contra su voluntad. El objetivo del acoso suele ser o bien hacer presión para lograr una reacción determinada, o bien hacerla sufrir para aliviar el propio sufrimiento. Casi siempre, lo que constituye el acoso no es un acto aislado sino hechos repetidos, a veces mínimos, pero que a fuerza de acumularse pueden volverse agobiantes rápidamente.
Constantes llamadas de teléfono, correos, whatsapps, mensajes, llamadas a la puerta, permanecer en los alrededores de los lugares que frecuentas con el fin de que lo veas o te cruces con él, insultos, reproches, acoso a gente de tu entorno cercano, familiares, amigos, nueva pareja… estas son unas de las técnicas habituales de las ex parejas para conseguir mantener un contacto contigo, el objetivo es conseguir que cedas.
Las víctimas que han sufrido o sufren el acoso de su ex pareja, coinciden en afirmar que durante el tiempo que dura esta “manía persecutoria”, sus relaciones sociales sufrieron un gran impacto negativo. Suelen evitar acudir a eventos u ocasiones especiales por miedo a que se presente allí. Los amigos creen, en ocasiones, que es ella la que alentaba esta situación o, al menos, que no hacían lo suficiente para acabar con ella. En casos más extremos, y ante el temor de sufrir algún tipo de daño, tienen que cambiar de trabajo y residencia, por miedo a convertirse en víctimas de violencia de género. Y lo peor de todo, al no ver resultados aparentes, tuvieron que soportar esa sensación de no estar haciendo las cosas bien, puesto que a cada paso dado, las cosas aparentaban ir a peor.
Estrés, ansiedad, irritabilidad, falta de concentración, insomnio y fatiga, son sólo algunos de los efectos de una situación de acoso insostenible.
Existen situaciones extremas en las que se hace indispensable seguir unas pautas de comportamiento para mantener la integridad física, por mucho que esto comporte un cambio de vida. Cuando se siente sensación de peligro lo primero que hay que hacer es denunciar. A partir de aquí, unas pequeñas normas que te pueden ayudar en el día a día:
- Cambia la rutina. Utiliza diferentes rutas para ir al trabajo o volver a casa.
- Mantén en sobre aviso a tus compañeros de trabajo de tu situación.
- Estaciona el vehículo en áreas bien iluminadas y pide a alguien que te acompañe.
- Si intuyes que te siguen, dirígete a una comisaría de policía, un centro comercial o lugares donde haya mucha gente. Puedes llamar la atención paras evitar que se te acerque.
“En el día a día, voy sola al trabajo, a la compra, a llevar a los hijos al colegio… teniendo, en ocasiones, una sensación de angustia e indefensión o de miedo a encontrarme con mi ex pareja y ante una posible reacción agresiva, me gustaría sentirme protegida, pero eso sí, sin sentirme vigilada y sin que los demás se den cuenta de que estoy acompañada.”
Este es el testimonio de Carmen, que solicito nuestros servicios mientras duró su proceso de separación.
El servicio de contra vigilancia, es un sistema de vigilancia que determina si estás sometido a un control de tus movimientos.
Detec7 Agencia de Detectives Privados, posee un equipo humano especializado en prestar el Servicio de Contra Vigilancia a mujeres maltratadas o amenazadas por sus parejas o ex parejas, tras una estricta, minuciosa planificación y valoración del nivel de riesgo, el objetivo es detectar si se encuentra vigilada o si su ex pareja merodea por los alrededores de su domicilio… aportando pruebas que le permitan denunciar el hecho ante las fuerzas de orden público de una manera fehaciente.