Limasa contrató a un detective para destapar el caso de las facturas infladas
El jefe de compras de la sociedad fue grabado cuando supuestamente quedó con el proveedor que le entregó un sobre blanco
La empresa mixta de limpieza Limasa recurrió a un detective para desenmascarar al jefe de compras de la sociedad al que se le acusa de apropiación indebida al haber presuntamente inflado las facturas de los pedidos de recambios para los talleres que realizaba con uno de los proveedores. Así lo reconoció ayer el concejal de Sostenibilidad Medioambiental en el Ayuntamiento de Málaga, Raúl Jiménez, que dijo que es una de las pruebas derivadas de la investigación interna iniciada a raíz de que otro empleado diera la voz de alerta por la sospecha de que se pudieran estar engrosando facturas de cuantías inferiores a los 2.500 euros para las que solamente se requería la firma del jefe de compra.
Después de que el proveedor en cuestión reconociera “en segunda o tercera instancia” lo sucedido tras plantearle el descuadre detectado, fue cuando los responsables de la empresa decidieron recurrir a la ayuda de un detective para constatar las sospechas sobre el trabajador investigado. Así, según detalló el edil, a las 16:20 del pasado 27 de junio se comprobó como este empleado salió de su domicilio familiar en un vehículo todoterreno para dirigirse al campo de fútbol de la localidad malagueña donde reside. Allí aparcó y esperó a que apareciera una furgoneta, que tenía el logotipo correspondiente a uno de los proveedores habituales de Limasa, cuyo conductor se bajó y entregó al jefe de compras en mano un sobre blanco. Tras “un rápido intercambio de palabras” ambos abandonaron la zona de “forma apresurada”, contó.
Con las imágenes que demostraban la supuesta entrega de dinero, la dirección de Limasa completaba parte de la investigación iniciada y que se complementó con una intervención y clonado de los teléfonos móviles, ordenadores y cuentas de correo electrónico corporativo de los tres investigados inicialmente -dos de ellos se ha demostrado que no estaban relacionados-. Un trabajo realizado por una empresa especializada contratada al efecto.
Además, se han realizado entrevistas con estos trabajadores “para recabar su versión sobre los hechos objetivos de la investigación” y también se ha hecho un seguimiento especial a varios empleados relativos al procedimiento de abono de facturas a proveedores de material de aprovisionamiento.
La conclusión es que este trabajador podría haberse apropiado unos 9.434,9 euros, en un periodo que el edil no supo precisar, mediante pequeños incrementos de las facturas de los pedidos realizados. El modus operandi, según Jiménez, era el siguiente y es que el proveedor enviaba el presupuesto al jefe de compras y éste se lo mandaba después “en forma de pedidos con precios ligeramente superiores”. Como ejemplo, citó que se había detectado que en un pedido de cuatro chapas metálicas, de un precio original de 530 euros la unidad, se terminaron comprando por 560 euros cada una.
De momento, sobre el trabajador de Limasa pesa una propuesta de despido a la espera de que se analicen las alegaciones presentadas por éste y la comisión laboral, de la que también forma parte el comité de empresa, se reúna para tratar el caso. Incluso, el concejal de Sostenibilidad Medioambiental adelantó que se está estudiando la responsabilidad penal que pudiera conllevar estos hechos, por lo que no se descarta presentar una denuncia por un delito continuado de apropiación indebida, regulado en el artículo 253 del Código Penal, en su modalidad agravada al haber sido presuntamente cometido abusando de la relación de confianza que Limasa tenía depositada en su empleado. De hecho, la investigación continúa y “está investigando absolutamente todo”, dijo el edil, que aclaró que se están revisando también el resto de facturas y proveedores.
RAQUEL GARRIDO MÁLAGA
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