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  • JERÓNIMO TRISTANTE, Escritor

  • «Una persona con una mínima vertiente pública tiene que movilizarse para ayudar a quienes lo necesitan», dice el autor del superventas Víctor Ros

 

Jerónimo Tristante (Murcia, 1969) pone a la venta el próximo jueves 15 la quinta y esperada entrega de la saga del detective Víctor Ros. Una nueva novela detectivesca que presentará oficialmente el día 22, en compañía de María Dueñas, «gran amiga mía», que amadrinará el acto.

Tristante, que ha ambientado la mayor parte de la novela en el Londres victoriano, ofrece un viaje en el tiempo, «un paseo desde los ambientes más elevados de Londres hasta Whitechapel, un lugar sórdido y más deprimente y duro que los suburbios de Calcuta». Y como ya tiene acostumbrados a sus lectores, no faltará Sherlock Holmes, «al que siempre intento homenajear en mis novelas de Víctor, y en un pasaje que les va a gustar mucho a los lectores, la mayoría son ‘holmesianos’».

Estaba previsto que esta quinta entrega, que pone en un brete al Estado español, saliera en mayo, pero se retrasó la fecha: «El otoño es una buena época para vender libros». Este profesor de Biología y Geología, superventas, tiene ya en cartera otra novela, ’36’, que tendrá que esperar para ver la luz. «Es muy chula, ambientada en la Guerra Civil».

-¿Le reclaman los lectores con asiduidad nuevas aventuras de Ros?

-Sí, salió en mayo de 2014 y en junio ya preguntaban por la siguiente.

-¿Qué sensación le produce eso?

-Es muy bonito que la gente se enganche al personaje y quiera más. Eso se escapa a tu control, pero, con la que está cayendo, es una bendición.

-Esta quinta entrega sale también con Plaza y Janés, ¿ha llegado a un acuerdo con ellos?

-Desde ‘El Valle de las sombras’ estoy publicando todo con Plaza y Janés, me tratan muy bien y estoy muy a gusto con ellos. Siendo autor de la casa, tienes mucho camino hecho.

-Y, ¿cuándo saldrá ’36’?

-No lo sé. Porque la iba a sacar con Plaza y Janés, pero como hemos sacado la de Víctor Ros… No se puede sacar más de una al año; es un buen ritmo.

-¿Y las compatibiliza con su trabajo de profesor en Archena?

-Sí, estuve unos meses de excedencia antes del verano. Ahora me he reincorporado y estoy a tope con las clases.

-¿Cómo se organiza?

-Pues mal, sobre todo por los viajes y los compromisos de las charlas. Voy liadísimo, pero ahora estoy intentando centrarme durante el curso en el instituto, y en verano escribiré y dejaré tiempo para algún festival.

 

BUESO-JERONIMO TRISTANTE. 90-10-2015

BUESO-JERONIMO TRISTANTE. 90-10-2015

-Una de las máximas de Víctor Ros es usar la ciencia para resolver sus casos, sin embargo la intuición y lo paranormal están presentes en sus aventuras, ¿por qué esa dualidad?

-Es una receta que me gusta mucho. Jugar con sucesos que aparentemente puedan tener una explicación no racional. Y es algo que funciona muy bien: enfrentar a un investigador racional y empírico con situaciones aparentemente paranormales. Yo mismo siento esa dualidad, me atraen mucho esos temas de misterio. Eso da mucho juego y a todos nos gusta.

-De alguna manera, ¿desmitifica este mundo de lo sobrenatural?

-No necesariamente. Hay sucesos para los que casi siempre encontramos una solución. Aunque el de ‘la Casa Aranda’ es un misterio real, las casas encantadas existen. Aquí en Murcia tenemos la Díaz Cassou. Son como las meigas: ‘haberlas, haylas’.

-Ros dice que los patrones de delincuentes y actos criminales se repiten, ¿cómo busca el factor sorpresa?

-En el tipo de novela que hago es difícil sorprender al lector, porque está muy resabiado. A mí también me ocurre como lector. Pero cuando lo consigues, el efecto es fantástico, por eso merece la pena estrujarte la mente al máximo para conseguir dar un giro más. En esta novela, hasta en la última página, hay algo que, seguro, va a sorprender a todos.

-Este libro empieza en el Balneario de Archena, ¿aprovecha el éxito de Ros para vender Murcia?

-Yo siempre saco Murcia. En este caso, trabajo en Archena y el balneario es un escenario fantástico, con un aire muy decimonónico y, en aquella época, entre la alta sociedad tomar las aguas estaba en boga. Lo tenía muy a favor de obra para ubicarlo ahí, y así hacer un guiño a una localidad en la que paso mucho tiempo.

-¿Sus personajes se inspiran en gente real?

-No, los invento todos. Como tengo tantas novelas escritas, llega un momento en que no se me ocurren más nombres y utilizo los de amigos. En esta hay un personaje femenino muy fuerte, María Fuster, una amiga mía a la que le hacía ilusión salir; su personaje ha quedado sensacional. Y Martin Roberts es un corresponsal de Reuters en Madrid que es amigo mío.

-¿Quién es su referente literario?

-El que más me gusta es Wilkie Collins, uno de los padres de la novela policiaca. Pero leo de todo. Lo que más me gusta son los clásicos del XIX que escribían el folletín. Me encanta como escribían y que hacían leer a las masas. Lo que intento con Víctor es hacer un homenaje a esta literatura, muy popular y de muchísima calidad.

-¿Cuántos libros de Víctor Ros ha vendido ya?

-No lo sé, pero bastantes. Tener una saga, desde el principio, vi que era muy interesante para mí como autor para reclutar lectores. De hecho, cada vez se van sumando más y más amigos al fenómeno de Víctor.

-¿Seguirá protagonizando historias o tiene los días contados?

-Seguiré escribiéndolas mientras la gente las demande. Yo no me canso, pero de vez en cuando alterno porque si no me aburriría. Da mucho gusto tener un personaje que la gente reclama. Lo paso bomba.

-¿Dónde nacen los casos?

-Como soy un poco hiperactivo, cuando estoy en una situación sin un libro o un ordenador o no estoy corrigiendo, empiezo a pensar y no sabes cuándo va a saltar esa chispa.

-Puede vivir hoy de la literatura

-Yo sigo con las clases porque no quiero verme como un novelista. Me veo más como un profesor que en su tiempo libre escribe. Me he planteado muchas veces coger la excedencia, pero no me va bien a nivel anímico, de estabilidad. Además, la docencia es un trabajo muy intenso y trabajar con críos me revitaliza.

-Pero, ¿es una vocación infantil?

-No, he hecho muchas cosas en la vida: visitador médico, sindicalista, profesor,… Empecé por casualidad, porque mis alumnos leían poco y todos tenemos una responsabilidad en hacer que la gente lea… Y descubrí que lo pasaba muy bien documentándome y escribiendo, me resulta muy terapéutico.

-El siglo XIX, la Edad Media y la Guerra Civil española y la posguerra son las épocas en las que ambienta sus libros, ¿por qué?

-Hay épocas que me llaman mucho la atención, no sé si porque he leído mucho sobre ellas o porque es cierto lo de la reencarnación y viví esas épocas.

-¿Por qué cree que está de moda la novela negra?

-Es muy agradecida; permite contar acontecimientos históricos de una forma muy entretenida, con un caso policiaco por medio. El suspense es una golosina; es un motor muy potente que hace al lector seguir leyendo. Todos llevamos dentro un detective, somos muy cotillas.

-Clara Alvear es el viento en las velas de Ros, ¿quién es el suyo?

-Mi hija María, tiene 14 años y ahora va a empezar a leer las novelas, porque cuando empezó con la primera le dio miedo. Se ve que era muy pequeña.

-Es un escritor comprometido, ¿por qué es imprescindible movilizarse?

-Una persona con una mínima vertiente pública está obligada a movilizarse para ayudar a quien más lo necesita. Esa es una responsabilidad que debería tener todo el que sale en los medios. Hoy día, más que nunca, la gente más humilde es la que necesita tener voz. Lo que hemos vivido en los últimos años es impresionante y ha hecho reaparecer unos niveles de pobreza que creíamos erradicados. Yo, en la docencia, veo chicos y chicas que lo están pasando muy mal.

-Miranda y Aldanza son los archienemigos de Ros, ¿no los liquidará?

-No puedo hacer ‘spoilers’, pero a Aldanza lo he resucitado porque me gustó tanto Helio Pedregal haciendo el papel, que me empujó a retomarlo.

-¿Qué le aportan los encuentros con los lectores?

-Tengo cientos de anécdotas que hacen que se me salten las lágrimas. Son la savia que me ilusiona y me ayuda en los momentos más bajos, porque ser escritor es muy duro en España.

-¿Es una dificultad escribir desde Murcia?

-Al principio muchísima. Era muy difícil que tomaran en serio a un tío de Murcia, encima biólogo.

 

PEPA GARCÍA | MURCIA

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